Origen de los morisquillos

Los morisquillos (els morisquets, en valenciano) fueron los niños morisc@s que,después del decreto de expulsión (22-09-1609), fueron convencidos o retenidos a la fuerza para quedarse en España.

Pudieron quedarse los menores de 4 años con permiso paterno y todos los menores de 6 años que fueran hijos de matrimonios mixtos. (También los que pertenecieran al 6% de familias a los que se les permitió quedarse para mantener el sistema de regadíos, o confección de libros de Apeo) Aunque algunos de ellos fueron cedidos o vendidos por sus padres, otros fueron retenidos a la fuerza; además, a pesar de que la ley lo prohibía, muchos vivieron prácticamente en la esclavitud

lunes, 18 de febrero de 2013

LOS MORISCOS EN AMÉRICA


La presencia morisca en América, que vamos a investigar en esta entrada, se encuadraría entre 1492 (Descubrimiento de América y Toma de Granada) y 1609 (Expulsión de los moriscos). Se correspondería históricamente en los momentos del descubrimiento, inicio de la colonización y asentamiento del poder español en el Nuevo Mundo.
Dejamos, por ahora, aparte la muy probable presencia del Islam en América antes de Colón.
Las Provisiones Reales, desde el primer viaje de Colón, prohibían el paso de los moriscos a las Indias; sin embargo, sabemos que mediante Reales Cédulas, se expidieron permisos especiales para llevar moriscos a América. ¿Por qué? Muy sencillo: falta de tripulantes que se arriesgaran en la aventura y necesidad de mano de obra esclava. Es más, existe la hipótesis, de la que nos ocuparemos en otro momento, de que el mismo Rodrigo de Triana, el primero en avistar tierra, fuera de origen morisco.
Los moriscos, por su parte (al igual que los judíos), estarían muy interesados en huir de la intolerancia a la que estaban sometidos desde prácticamente el mismo momento de la derrota del Reino de Granada.
A la falta de tripulantes y la necesidad de mano de obra señaladas, se uniría otra circunstancia tan importante como éstas: la necesidad de mujeres.  

               

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I. LAS MORISCAS O ESCLAVAS BLANCAS EN PERÚ.


                           

Los estudios de la presencia morisca en el virreinato del Perú son muy probablemente los mejores, más amplios y detallados que se han realizado sobre su presencia en América y, en particular, lo son en el análisis de la presencia femenina.
La necesidad de mujeres procedentes de España se convirtió en acuciante porque las españolas sólo representaban el 10% del total de colonizadores en las primeras etapas, y de este minoritario tanto por ciento la mayoría eran moriscas o "esclavas blancas".
En general, los moriscos que llegaron a las Indias fueron esclavos, con una gran diferencia respecto a los esclavos africanos, que en su mayoría fueron hombres (tres hombres por cada mujer); sin embargo, en el caso de los moriscos, la proporción va a ser de cuatro o cinco mujeres por cada hombre. Además, claro está, de las diferencias de origen, conversión al Cristianismo y castellano como lengua materna.
Aunque entre el total de las españolas de América hay una minoría de moriscas, lo cierto es que, en el momento de la Conquista, entre 1530 y 1550, ellas eran prácticamente las únicas. Se convirtieron así en compañeras de los conquistadores a los que servían tanto de amas de llaves como de concubinas. Entre 1532 y 1549, llegaron al Perú unas 300 moriscas; muchísimas, si tenemos en cuenta que en 1537 en Lima sólo había 14 españolas no moriscas y 380 españoles.
Alguna de las primeras "esclavas blancas" que llegaron al Perú fue en 1534 cuando Hernando Pizarro, hermano del Conquistador, es autorizado a llevar para el servicio de Francisco "hasta cuatro esclavas blancas con la condición que fuesen nacidas en la Península y hubiesen ingresado a la grey católica por lo menos diez años antes de pasar".
En 1536, el conquistador Melchor Palomino compra a Crisóstomo de Ontiveros una esclava morisca llamada Mencía. En 1537, el sastre Pedro Gutiérrez adquiere por 280 pesos a Lazaria. En 1538 Juan León traspasa una esclava blanca  por 600 pesos.
El trato a estas esclavas no fue tan brutal como el dado a las africanas. Así, por ejemplo, en 1538, Juan de Panes concede la libertad a su esclava María, y al año siguiente, el notario Pedro de Castañeda hace lo mismo con su esclava Isabel, con la que había tenido una hija.
Los dos casos de esclavas blancas mejor documentados son los de Francisca Ruíz, "la Valenciana", y  Doña Beatriz de Salcedo.
Entre las mujeres que trabajaban generalmente de comadronas, panaderas o posaderas, destaca el caso de Francisca Suárez que fue una de las mujeres más conocidas de Lima en su época. No se conoce con exactitud su origen, que bien pudo ser el Reino de Granada o Valencia, y de hecho, es conocida como "La Valenciana". Regentó una pensión atendida por varios esclavos, una panadería y cuatro o cinco casas además de la suya. Se casó cuatro veces: una de ellas, con Antonio de Toledo, pero el matrimonio fue anulado porque éste era bígamo, situación muy frecuente entre los matrimonios en las Indias.

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II. ¿QUIÉN FUE EN REALIDAD DOÑA BEATRIZ DE SALCEDO? 


Sin duda, la morisca más importante en esta época es Beatriz de Salcedo.
Beatriz llegó al Perú en 1532 como concubina del Veedor Real García de Salcedo quien, antes de morir ("in articulo mortis") terminó por casarse con ella, según el Expediente de dote y traspasos de bienes a su favor en 20 de enero de 1562.
En 1532, estaba con García de Salcedo en la recién fundada San Miguel de Piura, primera ciudad española en el Perú y en 1534, en Jauja fue una de las madrinas del bautismo de Francisca, hija de Pizarro y de la india Inés, la primera mestiza que llegaría a ser la mujer más rica del Perú.
El año anterior, en 1533, acompaña a García de Salcedo a Cajamarca, donde estaba preso el inca Atahualpa, y logró establecer cierta amistad con las hermanas y mujeres del depuesto inca. Ella misma lo relata:

" Porque fui la primera mujer que entró en este Reino, en Casamalca, estaba yo con ellas y las trataba y conversaba. Que esta testigo lo sabe bien porque estaba y residía muchas veces con ellas. Vivía con ellas porque la cuidaban de que no viviera con los hombres de la hueste".

Además de todo esto, y dado que García de Salcedo era funcionario real y no podía dedicarse a la mercadería, ella se hizo cargo de los asuntos comerciales del Veedor. Finalmente, a la muerte de éste, y como su mujer, se convierte en una excepción en las Indias Occidentales: la única mujer y morisca que recibe una encomienda de indios.
Incluso se le atribuye otro mérito, que casi todas las españolas que llegaron al Perú antes de 1537 también se atribuyen: el de haber sido quien sembró por primera vez el trigo en el Perú, tras recuperar algunos granos mal molidos de cierta harina que llegó de España.


             


III. LOS MORISCOS EN ARGENTINA: LOS GAUCHOS.

Los primeros moriscos llegados al Río de la Plata durante el siglo XVI, llevaron una de las señas de identidad de la Pampa argentina ( y en Uruguay y en Brasil): el Gaucho.
Pero veamos, en primer lugar, la etimología de la palabra:
El primero en apuntar el origen árabe de la palabra fue el investigador, jurisconsulto y gauchófilo, de origen francés, Emilio Onorio Darreaux. Según él, es una palabra árabe desfigurada, emparentada con "chauch" que significa "conductor de ganados" y continúa afirmando que en Sevilla y Valencia todavía (en 1890 aproximadamente) al conductor de ganados se le nombra "chaucho".
Por su parte, el escritor y político argentino Leopoldo Lugones (1874-1938), uno de los grandes reivindicadores del alma gaucha, la cultura de la Pampa y su legado andalusí, acepta el origen árabe pero hace derivar la palabra "gaucho" de "wahsh o wahshi" con el sentido de montaraz, bravío, arisco, huraño.
Por nuestra parte, hemos consultado el "Vocabulario andaluz"  de Alcalá Venceslada y efectivamente aparece el término chauche (no chaucho) con el sentido de "hombre despreciable".

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